El proyecto huye de la fórmula de las radiales de pago y se volcará en 20 grandes corredores que abarcarán hasta 2.000 kilómetros de carreteras de alta capacidad.
El sistema, copiado de modelos ya experimentados con éxito en Europa, se denomina “pago por disponibilidad” y ha pasado de usarse en los últimos años en el 5% de los proyectos de infraestructuras a suponer el 90%. Consiste, en esencia, en sacar un proyecto a concurso, adjudicar una obra a una constructora o UTE de constructoras y empezar a pagarle cuando la entregue para su uso y luego durante el periodo de explotación que se le concede de hasta 30 años. El pago se liga también a la calidad de la carretera y a su mantenimiento a largo plazo, en lugar de centrarse solamente en la demanda o el tráfico (lo que sería un pago por uso o de peaje en la sombra).
– Ver noticia: https://economia.elpais.com/economia/2017/07/14/actualidad/1500029089_186919.html