El Tribunal de Cuentas Europeo ha evaluado las estrategias de transporte marítimo de mercancías de la Comisión y los Estados miembros y la rentabilidad de las inversiones en puertos,  a cuyos efectos examinó treinta y siete nuevos proyectos y cinco proyectos reevaluados financiados por la UE. Algunas de las apreciaciones recogidas en el Informe Especial son las siguientes:
    Infraestructuras portuarias financiadas por la UE: infraestructuras inutilizadas o infrautilizadas, retrasos y sobrecostes e inversiones insostenibles debido a la financiación de infraestructuras similares en puertos vecinos.

     

    Escasa rentabilidad

    La financiación de infraestructuras y superestructuras portuarias similares en puertos vecinos ha dado lugar a inversiones ineficaces e insostenibles: sobre la base de 30 de los 37 proyectos examinados y ya concluidos entre 2000 y 2013, cabe señalar que uno de cada tres euros (lo que corresponde a 194 millones de euros para doce proyectos) se ha gastado de forma ineficaz hasta ahora. Alrededor de la mitad de esta financiación (97 millones de euros de financiación de la UE para nueve proyectos) se invirtió en infraestructuras que no se utilizaban o estaban considerablemente infrautilizadas más de tres años después de que terminasen las obras, lo que denota deficiencias en la evaluación ex ante de necesidades e indica un elevado riesgo de despilfarro de los importes invertidos.

    Sobrecostes:

    Además, la fiscalización del Tribunal también reveló que solo 14 de los proyectos examinados no habían registrado sobrecostes, con el resultado de que dieciséis de los treinta proyectos concluidos habían sufrido sobrecostes por un valor total de 139 millones de euros. Esto se aplicaba principalmente a los puertos marítimos de Alemania y España (los proyectos italianos todavía no habían finalizado, por lo que no puede emitirse una valoración final en esta fase). El promedio de sobrecostes ascendía a alrededor de 8,7 millones de euros, y oscilaban entre 0,2 millones de euros para un edificio de inspección en el puerto de Vigo (España) y 67 millones de euros para infraestructuras de transbordo en el puerto de Algeciras (España). En comparación con los costes inicialmente previstos, los sobrecostes alcanzaron hasta el 37 % (la construcción de un nuevo muelle en Cuxhaven).

    Conclusiones:

    Los sobrecostes y los retrasos constituyen otros ejemplos de ineficiencias en las inversiones en infraestructuras portuarias examinadas. En general, los proyectos financiados por la UE examinados tuvieron unos sobrecostes de 139 millones de euros. Además, 19 de los 30 proyectos completados sufrieron retrasos, 12 de ellos de más de un 20 % de su duración prevista, y se observaron retrasos de hasta el 136 % con respecto a las previsiones. Los retrasos superaron la duración inicialmente prevista entre un 5 % y un 136 %. De los siete proyectos (correspondientes a 524 millones de euros de financiación de la UE) todavía no finalizados en el momento de la fiscalización, seis también sufrían retraso.

    Al igual que en su anterior informe sobre puertos marítimos, el Tribunal constató que un número significativo de proyectos sufrían retraso, debido en parte a procedimientos administrativos engorrosos. El promedio de retraso es de casi trece meses y los retrasos varían entre tres y treinta y tres meses. En cuanto a la duración inicialmente prevista, los retrasos eran de hasta un 136 %. El Tribunal también observó sobrecostes que ascendían a 139 millones de euros, o a una me¬dia de 8,7 millones de euros (sin los proyectos que todavía no habían concluido). Además, la inexistencia o falta de idoneidad de muchos enlaces con el interior (como carreteras o vías ferroviarias) requerirán más financiación pública para que las inversiones portuarias iniciales funcionen adecuadamente.

    Respuestas de la Comisión:

    La Comisión toma nota de los retrasos y sobrecostes, pero señala que los retrasos y los sobrecostes son riesgos inherentes a inversiones en infraestructuras y las variaciones razonables forman parte de la gestión de riesgos.

    La infraestructura marítima representa obras complejas y prolongadas. Estos proyectos son propensos a los cambios en la formulación y en el presupuesto. Esto se reconoce en las normas de contratación pública nacionales y de la UE al permitir un cierto nivel de flexibilidad.

    En el caso de España, la Comisión señala, además, que el Estado miembro no declara sobrecostes como parte de su declaración de gastos a la Comisión. Como consecuencia de ello, estos costes excesivos no están cofinanciados por el presupuesto de la UE.

    – Ver comunicado de prensa: http://www.eca.europa.eu/es/Pages/NewsItem.aspx?nid=7416

    – Ver informe: tribunal-cuentas-europeo-sr_maritime_es-1-2016